El finde largo está a la vuelta de la esquina y las ganas de escaparse de la rutina crece segundo a segundo. ¿A dónde ir en Semana Santa? Lo contamos en esta nota. 

El otoño. Una época de colores vibrantes y aire fresco. La estación donde los naranjas invaden las panorámicas y el crujir de las hojas en el piso tiene un encanto único. ¿Y qué mejor que disfrutar de esas características en un fin de semana largo? Del jueves 6 al domingo 9 de abril tiene lugar un finde largo que funciona como la excusa perfecta para planificar una escapada de cuatro días a puro disfrute en pleno abril. 

A medida que las hojas cambian de verdes a naranjas y amarillos, la belleza natural de Latinoamérica se muestra en su totalidad, invitando a los viajeros a sumergirse en la magia de la temporada. Sobran los destinos donde las tonalidades ocres son protagonistas e ideales para unas vacaciones cortas, pero hicimos una selección curada para todos los gustos:

Misiones, Argentina

275 caídas de agua crean el escenario perfecto para emocionarse entre rayos del sol, arcoíris y un sinfín de mariposas. Adentrarse en el Parque Nacional Iguazú es un pasaje de ida hacia la naturaleza y la contemplación. No es para menos: las Cataratas del Iguazú fueron galardonadas mundialmente como una de las 7 maravillas naturales del globo. En su interior, la Garganta del Diablo conmueve a turistas de todos lados con 80 metros de altura y una fuerza impresionante en la caída del agua. Con esa premisa alcanza para entender la magnitud del destino. Cuatro días son más que suficientes para alojarse entre la selva, hacer una excursión al parque y lograr un buen balance de descanso con aventura. 

Al margen de su gran imperdible, Misiones esconde otros secretos para quienes busquen el costado alternativo de la provincia: el Parque Provincial Salto Encantado, los Saltos del Moconá y la ruta de la yerba mate para adentrarse en las raíces locales. 

Río de Janeiro, Brasil 

Un destino alucinante para disfrutar de temperaturas cálidas, playas, gastronomía y música. Río de Janeiro es una fiesta en cualquier época del año, y el otoño no queda al margen. Sobre gustos no hay nada escrito y Brasil lo tiene súper claro, porque la oferta cultural es amplia y variada. Una visita al estadio Maracaná es imperdible para los aficionados del fútbol, mientras que los artistas curiosos tienen que caminar por el barrio de Santa Teresa para entrar en contacto con el arte local. La estatua del Cristo Redentor es uno de los grandes símbolos de la segunda ciudad más poblada del país, al igual que el morro Pan de Azúcar, desde donde se consiguen vistas espectaculares. Además, relajarse en la arena es condición, así que conocer Copacabana e Ipanema nunca falla. 

San Pedro de Atacama, Chile

Un sitio en donde la naturaleza se lleva todos los aplausos. Visitar el Desierto de Atacama, a 3 horas en avión desde Santiago de Chile, es un viaje de ida. Quizás por sus montañas coloridas, lagunas altiplánicas, geisers y valles. Por sus infinitos entornos naturales que regalan las mejores fotografías de la zona. Por su fauna y flora. Por el pintoresco pueblito de San Pedro de Atacama. Lo cierto es que este destino chileno es imperdible y ofrece el itinerario perfecto para una estadía corta. ¿Qué no puede faltar en la lista? El Valle de la Luna y el de Marte, que formados por dunas esculpidas por el viento y formaciones rocosas de color rojizo, logra trasladarte a otro planeta. Los geisers del Tatio también son un espectáculo único en el mundo: erupciones de agua a 85° que contrastan con el clima de -10° resultan en nubes de vapor que emergen de las piedras volcánicas. El magma que se forma por el choque de placas tectónicas necesita liberar energía: calienta las rocas desde abajo, hierve el agua y sale liberada a presión en forma de vapor, llegando a alturas de hasta 7 metros. 

Otra excursión que vale la pena es la de la Laguna Cejar, famosa por su alta concentración de sodio. Tanto es así que amerita llevar traje de baño para vivir en primera persona el fenómeno de flotar sobre el agua. 

Mendoza, Argentina

Viñedos y bodegas de renombre mundial. Actividades de turismo aventura únicas en el país. Gastronomía curada y de primera calidad. La Cordillera de los Andes abrazando un paisaje de película. Así es el escenario mendocino, que es un sueño en cualquier estación pero se luce en otoño. La escapada puede ser rápida, parando en las principales bodegas: Zuccardi Valle de Uco (elegida por tres años consecutivos como la mejor del mundo según World''s Best Vineyards), Salentein, Trapiche, Casa Vigil y Catena Zapata. También se puede vivir la experiencia glamping, un alojamiento sofisticado que puede tener vistas hacia los viñedos y las montañas. La combinación necesaria entre placer y descanso. 

Montevideo y Colonia del Sacramento, Uruguay

La capital del país es un buen punto de partida para explorar una urbe pero combinarlo con un poco de cultura e historia. ¿Cómo? Llegando en barco, en avión o cruzando desde Buenos Aires en ferry se puede llegar a Colonia del Sacramento, una ciudad colonial donde las calles empedradas te trasladan a otra época y su arquitectura particular pide a gritos postales icónicas. Además, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El recorrido puede ser de un día, para ocuparlo en algo distinto por fuera de la capital. Si se hace sede en Montevideo, la ciudad vieja regala un pantallazo del barrio histórico, la rambla habilita vistas espectaculares y el Mercado del Puerto propone un plan a pura gastronomía. 

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